PATITO FEO
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Como cada verano, a la señora Pata le daba por empollar y todas sus amigas del corral estaban deseosas de ver a sus patitos, que siempre eran los más guapos de todos.
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Llegó el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco; y sus amigos se congregaron ante el nido para verles por primera vez.
Uno a uno fueron saliendo los cuatro preciosos patitos, cada uno acompañado por los gritos de alegría de la señora Pata y de sus amigas. Tan contentas estaban que tardaron un poco en darse cuenta de que un huevo, el más grande, aún no se abierto.
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Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto, incluso los patitos recién nacidos, que esperaban ver algún signo de movimiento.
Al poco, el huevo comenzó a romperse y de él salió un sonriente pato, más grande que sus hermanos, pero ¡oh, sorpresa!, muchísimo más feo y desgarbado que los otros.
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La señora Pata se moría de vergüenza por haber tenido un patito tan feo y le apartó con el ala mientras prestaba atención a los otros.
El patito se quedó muy triste porque se empezó a dar cuenta de que allí no le querían...
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Pasaron los días y su aspecto no mejoraba, al contrario, empeoraba, pues crecía muy rápido y era flacucho y desgarbado, además de bastante torpe el pobrecito.
Sus hermanos le jugaban pesadas bromas y se reían constantemente de él llamándole feo y torpe.
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El patito decidió que debía buscar un lugar donde pudiese encontrar amigos que de verdad le quisieran a pesar de su desastroso aspecto, y una mañana muy temprana, antes de que se levantase el granjero, huyó por un agujero del cercado.

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Apareció la primavera y el patito pasó por un estanque donde encontró las aves más bellas que jamás había visto hasta entonces.
Eran elegantes, agraciadas y se movían con tanta distinción que se sintió muy acomplejado porque él era muy torpe. De todas formas, se acercó a ellas y les preguntó si podía bañarse también.
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Eran cisnes las aves que el patito vio en el estanque, y le respondieron:
-¡Claro que sí, eres uno de los nuestros!
 A lo que el patito respondió:
 -¡No se burlen de mí.. ¡Ya sé que soy feo y desgarbado, pero no deberían reírse por eso...
 -Mira tú reflejo en el estanque -le dijeron ellos -y verás cómo no te mentimos.
El patito se introdujo incrédulo en el agua transparente y lo que vio le dejó maravillado.
¡Durante el largo invierno se había transformado en un precioso cisne!

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Aquel patito feo y desgarbado era ahora el cisne más blanco y elegante de todos cuantos había en el estanque. Así fue como el patito feo se unió a los suyos y vivió feliz para siempre.
The ugly duck
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Like every summertime, Mrs. Duck was sitting on her eggs and all her friends from the yard were eager to see the ducklings that were always the most handsome of all.

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The day came when the ducklings began to crack the eggs and her friends gathered around the nest to see them for the first time.
One after another, the four beautiful ducklings appeared, each of them accompanied by the shouts of joy of Mrs. Duck and her friends. They were so happy that they didn't soon realize that another egg, the biggest of all, had not cracked yet.

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Everybody focused on the egg which remained intact,,even the new born ducklings, all of them waiting to see any sign on movement.
A little later, the egg began to crack and a smiling duckling came out, this one very much bigger than the others, but surprise, surprise, it was very ugly and ungainly.

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Mrs. Duck was dying of embarrassment for having had such an ugly duckling and she moved him away with her wing paying
attention to the others.
The duckling was very sad because he started to notice he was unwanted there…

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The days passed and his looks did not get better,on the contrary it got worst because he grew very fast and he was skinny and ungainly, apart from very clumsy the poor thing.
His brothers played practical jokes on him and laughed at him constantly, calling him ugly and clumsy.

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The duckling decided to look for a place where he could find
friends who really love him despite his disastrous appearance, and one morning, very early before the farmer got up, he escaped through a hole in the fence.

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The spring came, and the duckling went through a pond where he found the most beautiful birds he had ever seen. They were elegant, graceful and moved with so much distinction that he felt very sad because he was clumsy. Anyway, he approached them and asked them if he could bath too.

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The birds he had seen were swans and they answered him:
- Of course you can! You are one our kind!
- Do not laugh at me! the duckling replied.
- I know that I'm ugly. You shouldn't make fun of it…
- Look at your reflection on the water, they said, and you will see that we don't lie.
The duckling could not believe his eyes. The transparent water showed him a wonderful image.
During winter, he had become a beautiful swan!

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The ugly and ungainly duckling was now the most elegant and
white swan in the pond. And that's how the ugly duckling joined his kind and lived happily ever after.